Enfermedad del disco intervertebral (IVDD) en perros
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¿Qué es la enfermedad del disco intervertebral?
Rara en los gatos, la enfermedad del disco intervertebral (IVDD) es una causa común de dolor vertebral, incapacidad para caminar y parálisis de las extremidades posteriores en los perros. La IVDD puede ocurrir en cualquier perro, pero afecta sobre todo a perros salchicha, bulldogs franceses, shih tzus, pequineses y beagles.
Esta enfermedad suele describirse como hernia discal, hernia discal, hernia discal o protrusión discal. Los discos intervertebrales son estructuras entre los huesos de la columna vertebral (vértebras) que actúan como amortiguadores y permiten que la columna se doble. Están formados por un centro blando gelatinoso (núcleo pulposo) y una capa fibrosa externa (anillo fibroso).
Debido a una lesión medular o a una anomalía de la raza, el centro blando del disco intervertebral puede secarse y volverse quebradizo, romperse a través del exterior fibroso y presionar la médula espinal. Esto puede causar dolor, movilidad limitada e incluso parálisis. En Southeast Veterinary Neurology (SEVN), nuestros neurólogos veterinarios tienen una gran experiencia en el tratamiento de la IVDD y están a su disposición para ayudarle a usted y a su mascota. Descargue la hoja informativa.
El tiempo es esencial. Si su mascota presenta alguno de los síntomas que se enumeran a continuación, éstos pueden provocar daños irreversibles. Llámenos inmediatamente.
Síntomas de la IVDD
Los discos intervertebrales recorren toda la columna vertebral. La IVDD puede producirse en el cuello (región cervical ), la espalda media (región toracolumbar) y la espalda baja (región lumbosacra). En esta página, nos centraremos en la espalda.
Los síntomas que observe en su mascota pueden ayudarnos a determinar la gravedad de su afección. Una vez que una mascota ha perdido la capacidad de caminar, se trata de una emergencia neurológica.
Los síntomas de la IVDD toracolumbar se califican en la siguiente escala del 1 al 5. Haga clic en cada grado para una explicación detallada.
- Puede caminar con normalidad
- Muestra signos de dolor de espalda, como no querer saltar o moverse, temblores, caminar despacio o con cautela, llanto, escalofríos, espasmos musculares, arqueo de la espalda o vientre tenso.
- Aún puede caminar, pero sus extremidades posteriores están débiles y tambaleantes
- Puede cruzarse, extenderse o tropezar con las patas traseras o caminar con las patas traseras dobladas hacia abajo.
- Demasiado débil en las extremidades posteriores para ponerse de pie o caminar
- Aún puede mover las extremidades y mover la cola
- No puede ponerse de pie ni caminar
- No puede mover las extremidades posteriores
- Aún puede sentir los dedos de los pies
- No puede ponerse de pie ni caminar
- No puede mover las extremidades posteriores
- No siente los miembros posteriores
Los síntomas de la IVDD lumbosacra incluyen:
- Dolor y dificultad para saltar
- Cojera
- Incontinencia urinaria o fecal
- Dilatación del ano
Cómo diagnosticamos la IVDD
Otras enfermedades pueden causar signos clínicos similares, como meningitis/mielitis, tumores medulares, traumatismos, infecciones, malformaciones y problemas vasculares. El examen neurológico y el diagnóstico por imagen avanzado nos ayudan a conseguir el diagnóstico más preciso.
- Examen neurológico. Nuestros neurólogos veterinarios cuentan con años de experiencia y formación para reconocer los signos de un problema neurológico en los pacientes de mascotas y trabajar para reducir las posibles causas.
- Resonancia magnética (MRI). MRI es la mejor forma de visualizar la médula espinal y determinar con certeza que un paciente padece una IVDD, frente a otro trastorno neurológico con signos similares.
¿Cuál es el pronóstico de mi mascota?
Hay varios factores que determinarán el pronóstico de su mascota y la probabilidad de que vuelva a caminar:
- La gravedad de los síntomas
- La rapidez con que aparecieron los signos
- Cuánta compresión hay en la médula espinal
- La rapidez con la que uno de nuestros neurólogos puede tratar el problema
- La opción de tratamiento elegida
Opciones de tratamiento de la enfermedad del disco intervertebral
Sin un tratamiento a tiempo, la IVDD puede progresar rápidamente y causar daños irreversibles. Por lo tanto, su mascota debe ser evaluado por nuestro equipo tan pronto como note cualquier signo de dolor de espalda y dificultad para caminar. Hay dos formas básicas de tratar la IVDD en perros:
Para los pacientes con dolor de espalda o debilidad leve por primera vez, podemos intentar un enfoque médico que incluya medicación para el dolor y reposo estricto en la jaula durante al menos cuatro semanas. También utilizamos este enfoque si el paciente no puede someterse a una resonancia magnética debido a la preferencia del propietario o a afecciones médicas concurrentes.
Su mascota puede salir de la jaula para orinar, defecar y someterse a rehabilitación física, pero por lo demás debe guardar reposo en la jaula.
En el caso de los perros con IVDD de grados 1-4 que se tratan sin cirugía, las probabilidades de que se recuperen totalmente son del 50-70%, dependiendo del grado de los síntomas neurológicos. Pueden tardar más en mejorar, tienen un mayor riesgo de recurrencia y de empeoramiento en comparación con los que se tratan con cirugía.
El grado 5 es una urgencia quirúrgica.
Si el paciente tiene dificultades para caminar o padece dolores de espalda recurrentes o persistentes que no responden al reposo ni a la medicación, la cirugía puede ser la mejor opción. El objetivo es eliminar el material discal que presiona la médula espinal. También podemos hacer un procedimiento preventivo en este momento para reducir la probabilidad de recurrencia.
Para perros con IVDD grados 1-4 que son tratados quirúrgicamente, las posibilidades de recuperación funcional son del 95% en manos de un neurocirujano con experiencia en SEVN.
Para perros de grado 5, las posibilidades de recuperación son significativamente menores, alrededor del 50%. La cirugía debe realizarse tan pronto como sea posible para la mejor oportunidad de recuperación, no más de 48 horas después de perder la capacidad de sentir las piernas.
Lamentablemente, con o sin cirugía, los perros con IVDD de grado 5 corren el riesgo de padecer mielomalacia, una enfermedad extremadamente grave que suele ser progresiva y mortal.