Las decisiones sobre el tratamiento de la IVDD en perros se toman en función de la gravedad y la duración de los signos clínicos. En algunos casos, la IVDD puede tratarse de forma no quirúrgica. Sin embargo, sin un tratamiento oportuno y adecuado, la DIVD puede causar daños irreversibles. Si su perro está mostrando signos de dolor en la columna vertebral o movilidad limitada, es importante consultar a un neurólogo veterinario inmediatamente.
La enfermedad del disco intervertebral (IVDD) es la causa más común de dolor de cuello y espalda en perros. Esta enfermedad se produce cuando los discos intervertebrales que proporcionan flexibilidad y protección a la columna vertebral frente a los impactos se secan y se vuelven quebradizos, lo que provoca su rotura. Estos discos rotos se conocen comúnmente como discos deslizados o hernias discales y pueden causar dolor, movilidad limitada o incluso parálisis.
Los síntomas dependen del tipo de perro.
Los síntomas dependen de dónde se encuentre el disco afectado. La IVDD puede desarrollarse en cualquier parte, desde el cuello hasta la parte baja de la espalda, pero las hernias discales suelen producirse en la parte media de la espalda. Son dolorosas y afectan a la movilidad del perro. Las hernias de cuello, por otro lado, son menos comunes, pero tienden a causar más dolor con menos pérdida de la función.
Señales de que su perro puede necesitar tratamiento para la IVDD incluyen:
Dado que otros trastornos neurológicos pueden parecerse a una hernia discal, sólo un neurólogo veterinario podrá evaluar a su perro lo suficientemente a fondo como para determinar el origen de los signos clínicos. La resonancia magnética es la mejor manera de analizar la médula espinal, descartar otras posibilidades y diagnosticar con precisión la IVDD.
La resonancia magnética es la mejor manera de analizar la médula espinal, descartar otras posibilidades y diagnosticar con precisión la IVDD.
El tratamiento de la IVDD en perros varía desde el manejo médico hasta la intervención quirúrgica. Los perros con signos neurológicos más graves o dolor que no responde al tratamiento médico son los más adecuados para la cirugía. Sin embargo, si su perro es un primerizo con síntomas leves, la DDIV puede tratarse de forma no quirúrgica con una combinación de reposo, analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares. Esta es también una opción para los pacientes que no pueden someterse a una resonancia magnética por motivos de salud, económicos o por preferencia del propietario. Por lo general, los medicamentos seguirán un programa de disminución progresiva durante unas semanas, mientras que el reposo continuará durante varias semanas más, en función de los signos clínicos.
El componente más importante del tratamiento no quirúrgico de la IVDD en perros es limitar la actividad. El reposo da al cartílago la oportunidad de cicatrizar y curarse para que no empeore y, con suerte, mejore con el tiempo. Una jaula es típicamente necesaria para lograr esto. No recomendamos el uso de un corsé ortopédico. No hay ninguna razón o evidencia de que sea útil, e incluso puede ser perjudicial. Su perro debe permanecer encajonado en todo momento, sólo debe ser llevado o sacado con un arnés o correa corta para orinar, defecar, o para terapia física cuando sea apropiado.
El pronóstico para el tratamiento no quirúrgico de la IVDD en perros depende del grado y duración de los síntomas neurológicos. Los perros con signos neurológicos leves que todavía pueden caminar pueden tener una probabilidad del 60-70% de recuperación funcional. Los perros que no pueden andar, pero aún pueden mover las patas, tienen una probabilidad del 50-60%. En el caso de los perros paralíticos, el pronóstico es reservado, ya que sólo alrededor del 50% de los perros recuperan la capacidad de caminar con continencia fecal y urinaria. Alternativamente, todos estos mismos perros tienen alrededor de un 95% de probabilidades de recuperarse completamente con cirugía.
Así que, aunque el tratamiento no quirúrgico de la IVDD en perros puede tener éxito, el tiempo de recuperación es más largo, la recuperación completa es menor y la reaparición de signos clínicos es mayor que con la cirugía. Será obvio si el tratamiento médico funciona o no en la primera semana de tratamiento. Si su perro sigue teniendo episodios de dolor, los síntomas no mejoran, o los síntomas empeoran, es el momento de hablar sobre la realización de una resonancia magnética.
Los neurólogos veterinarios certificados de Southeast Veterinary Neurology (SEVN) son expertos en enfermedades médicas y quirúrgicas de la columna vertebral, incluyendo el tratamiento de IVDD en perros. Solicite una consulta en cualquiera de nuestros centros de Florida en Miami, Boynton Beach y Jupiter o en nuestro centro de Virginia Beach, VA.