Es duro ver sufrir a un ser querido, sobre todo cuando no puede decirnos qué le pasa. Por eso, como padres de mascotas, debemos buscar pistas. ¿Su perro agacha la cabeza o chilla cuando lo tocan? ¿Camina tambaleante o arrastra las extremidades? Su pobre cachorro puede necesitar ver a un neurólogo veterinario acerca de la IVDD en perros.
La enfermedad del disco intervertebral (IVDD) es el trastorno más común de la médula espinal en perros y uno de los trastornos más comunes en neurología. Surge con mayor frecuencia en la parte media de la espalda, pero la IVDD en perros puede aparecer en cualquier parte de la columna vertebral, desde el cuello (cervical) hasta la parte baja de la espalda.
Las vértebras de la columna vertebral están conectadas y protegidas por discos que contienen centros blandos y gelatinosos. La enfermedad del disco intervertebral se produce cuando estos discos, antes esponjosos y amortiguadores, se secan y endurecen, provocando abultamientos o roturas. El resultado es una presión sobre la médula espinal que provoca una serie de síntomas que van desde el dolor leve hasta la parálisis permanente.
Es posible que haya oído hablar de la IVDD como:
Es algo común como parte del proceso normal de envejecimiento, pero ciertas razas son más propensas a ser afectadas en etapas tempranas de la vida, como:
Lamentablemente, algunos de los rasgos de la raza que hacen que nuestros amigos peludos sean tan adorables también los hacen susceptibles.
Los síntomas pueden ir del dolor a la parálisis y, aunque existen cinco etapas definidas de la IVDD en perros, la progresión no es necesariamente lineal. Por ejemplo, un perro puede mostrar signos de una etapa más progresiva sin haber mostrado nunca signos de la primera etapa. Los perros pueden recuperarse de la enfermedad del disco intervertebral, pero sin un tratamiento a tiempo, puede causar daños permanentes. Cuanto antes se atienda, mejor será el pronóstico.
He aquí algunos signos de advertencia de la IVDD en perros a tener en cuenta en su compañero canino de menor a mayor gravedad:
Si observa alguno de los signos de advertencia anteriores, limite inmediatamente la actividad de su perro al reposo en la jaula hasta que pueda acudir a un neurólogo veterinario. Si su perro ya ha perdido la capacidad de moverse, no espere. Cada hora es crítica para su recuperación. En Southeast Veterinary Neurology estamos preparados para ayudarle los 365 días del año.
Para diagnosticar la IVDD en perros, un neurólogo veterinario realizará primero exámenes físicos y neurológicos para descartar otras afecciones. Si se sospecha que su perro tiene IVDD, se recomienda la imagen avanzada para un diagnóstico preciso. La IRM (resonancia magnética) es la mejor manera de confirmar que un perro tiene una enfermedad del disco intervertebral.
La IVDD en perros puede tratarse médica o quirúrgicamente, dependiendo del estadio de la enfermedad. Para quienes la padecen por primera vez en las primeras fases, el tratamiento de la enfermedad del disco intervertebral con alguna combinación de reposo en jaula, analgésicos, antiinflamatorios y relajantes musculares puede ser eficaz. Sin embargo, si su perro no responde a estas opciones de tratamiento, tiene episodios recurrentes o experimenta síntomas graves de una fase más avanzada de la IVDD, es necesaria la intervención quirúrgica.
El objetivo de la cirugía de la IVDD es aliviar la compresión de la médula espinal, y sus ventajas sobre el tratamiento médico son la exhaustividad y la rapidez de la recuperación. La cirugía tiene bastante éxito en manos de un neurocirujano veterinario formado. En Southeast Veterinary Neurology, nuestros neurólogos altamente cualificados también realizan un procedimiento preventivo durante la operación para reducir la probabilidad de reaparición, que es una preocupación con la enfermedad del disco intervertebral.
Aunque la IVDD en perros es generalmente una enfermedad degenerativa gradual que no puede prevenirse, a menudo aparece en un perro joven a causa de un acontecimiento que provoca una pérdida repentina de movilidad. Algunas cosas que puede intentar en casa para prevenir una lesión medular en una raza predispuesta son:
Sin embargo, al fin y al cabo, lo más importante que puede hacer es buscar atención veterinaria profesional en cuanto aparezcan los síntomas.
El pronóstico de la IVDD en perros depende de la gravedad de la enfermedad y de la oportunidad de la intervención, pero en la mayoría de los casos, su mejor amigo puede vivir una vida larga y feliz con un poco de ayuda extra por su parte, la de su neurólogo veterinario y, en algunos casos, con equipos de adaptación como una silla de ruedas para perros.
En Southeast Veterinary Neurology, sabemos que lo último que quiere ver es a su perro sufriendo. Por eso lo primero que debe hacer es llamarnos. Cuanto antes se diagnostique y trate la IVDD en perros, mayores serán las posibilidades de que su "persona" favorita se recupere por completo. Póngase en contacto hoy mismo con cualquiera de nuestros centros en Miami, Boynton Beach, Jupiter o Virginia Beach. ¡Tenemos la espalda de su perro!